Devuélvelo, pero no lo cambies
Querida Tere: ¿No ves que no le gusta? No le gusta oiga. Para qué te vas empeñar en insertarle forzosamente cual tarjeta en la ranura del parking. A tu hombre no le gusta ir de tiendas. Va al grano, coge lo que haya que coger y se va. No lo puede soportar. Y tú ahí, erre que erre. Metiéndole como un pegote en contextos en los que no quiere estar. “Que mira Tere yo mejor me marcho -lloriquea Paco- quédate tú y yo te espero en casa, porque no aguanto más”. Y claro tú te enfurruñas y te ofuscas y te arrancas los pelos de las cejas y ya tenemos la tarde torcida.
Me crucé hará unos cuatro años con una persona muy sabia y, como diría Albert Espinosa, “muy amarilla”, y me dijo una frase que tengo tatuada a fuego en mi cerebro: “Alma, te voy a dar una lección que te va a servir de ahora en adelante: todo, en esta vida, con suavidad”. Ella me dijo esto cuando una servidora había atascado una cámara porque no inserté correctamente la -dichosa- tarjetita de memoria y claro, apretando y forzando, la cosa no iba bien. Pues como eso, todo. Que no se puede agobiar al personal, Tere, toma nota hija, porque tu Paco se angustia entre tanta tienda y tanta milonga, y si acabas pidiéndole a Paco que sea (como) Álvaro, vamos a salir mal parados, que se ve venir a la legua.
No podemos estar influyendo consciente y constantemente para que nuestra pareja actúe de una u otra forma (la que nosotros queremos, claro). Las personas poco tolerantes y autoritarias que pretenden cambiar al otro acaban por coartar su libertad y por ajustar su conducta bajo demanda. Vamos, que el pobre Paco rezumaba con un hilo de voz un: “Yo es que estoy agobiado ya de estar aquí”, como el que le pide a un verdugo que tenga clemencia y le deje vivito y coleando.
Ahora que empezamos año, aquí la arriba firmante se ha propuesto como uno de los principales propósitos: respetar, comprender y aceptar al otro tal y como es. Amoldarse a las situaciones con actitud positiva y reducir la queja, que una la trae de serie arraigada ya desde hace muchos años. Y si no te gusta el que tienes al lado, chica busca a otro y evitemos las relaciones tóxicas. Hay muchos peces en el mar y seguro que aquel que te hace ojitos, quiere ir de tiendas tanto como tú.
carli
Esta entrada me ha encantado, más razón que una santa! :)
Por lo que no dejes de quejarte, si no, no serías tú y perdería todita la gracia!!
P,d esperando ansiosamente las aventuras de la Forte en Bcn!
Un besote pequenita!
almaxforte
Oouuh!! Mi chica!!! Gracias por leerme! Eres más bonica que el sol! Avísame cuando vayas a Barcelona que tú vas mucho por ahí! :)